Los blogs ya no se llevan. Eso lo sabe todo el mundo. Hace mucho que han sido reemplazados por vlogs, con v de vídeo, lo que no dejaba de ser el siguiente paso lógico a tomar en dirección a ese mundo breve, visual y rápidorápidorápidorápido que estamos construyendo.
Pero no he venido a quejarme de la degeneración de la cultura sino, más bien, a participar en ella. A los booktubers lo que les encanta son los book tags y a mí, sinceramente, me encantan los book tags. Me encantan porque son breves, porque son ligeros y porque todo el mundo los hace. Así que aquí lo tenéis, el Inside Out Tag, que he cogido prestado de la booktuber Kristina Horner. Se basa (obviamente) en la nueva de Pixar, y consiste en asociar un libro a cada emoción. Allá vamos.
Un libro que te alegre:
En lo que se refiere a los libros he tenido que pensarlo porque, aunque muchísimas novelas son importantes para mí, pocas me "alegran" exactamente, sino que suelen crearme sentimientos enfrentados. Así que voy a decantarme por unos libros que fueron mis favoritos de pequeña y que sigo considerando de grandísima calidad: la serie Manolito Gafotas, de Elvira Lindo. Todavía hoy me gusta releer algún capítulo de vez en cuando, y mentiría si dijese que no corrí a por Mejor Manolo cuando se publicó o que no me encontré soltando carcajadas mientras lo leía. Si los habéis leído, sabréis que Manolito es un auténtico pequeño héroe de clase obrera que cuenta su vida cotidiana en un mundo que no se lo pone fácil. Con Carabanchel Alto como telón de fondo, Elvira Lindo nos narra situaciones con un trasfondo amargo, pero lo hace siempre con humor, inteligencia y optimismo, con esas referencias a la cultura pop y a la política española que son siempre brillantes, transmitiendo que, aunque la vida pueda ponérnoslo difícil, vale la pena reírse. Y por eso, diría que estos libros siempre me hacen sentir siempre una especie de calorcito por dentro...
Un libro que te provoque asco:
Realmente, mis lecturas son la cosa más blanda y naïve que podríais encontraros, así que no tengo mucho donde escoger, la verdad. Al pensar en un libro asqueroso se me ha venido a la mente automáticamente Crímenes bestiales, de Patricia Highsmith. El tema es peculiar de por sí: los relatos que componen este libro narran asesinatos cometidos por animales. Y si todos ellos son violentos y desasosegantes, la palma se la lleva La rata más valiente de Venecia, una historia verdaderamente repugnante sobre una rata mutilada por dos niños que se cobra una horrible venganza. Escalofríos.
Un libro que te dé miedo:
La verdad es que nunca me ha dado miedo un libro y menos aún un relato, ni siquiera los de los llamados "maestros del terror" como Poe o Lovecraft. Y además de no asustarme, las historias de miedo suelen dejarme bastante fría. El género de terror en general me aburre muchísimo. Pero si toca decir un libro, diré Cando petan na porta pola noite, de Xabier P. Docampo, traducido al castellano como Cuando de noche llaman a la puerta. Objetivamente, yo diría que no da miedo, pero eso resulta irrelevante; los cuatro relatos que lo componen no necesitan provocar escalofríos para ser absolutamente fantásticos. Bebiendo de la tradición oral del mundo rural gallego, el autor hace suyas historias populares y las transmite con su propia visión, pero siempre manteniendo su espíritu original. En ellas, la vida cotidiana se entremezcla con el mundo de lo sobrenatural, los sucesos reales son retorcidos y engrandecidos hasta llenarse de fantasmas, mujeres loba, sinos fatales... Ahí está lo verdaderamente maravilloso.
Un libro que te ponga triste:
Esta sección es difícil porque casi todos mis libros favoritos me ponen triste. No soy mucho de llorar, pero de quedarme con un nudo en el estómago al acabar de leer... eso sí que es habitual. Y el último libro que me puso triste de verdad fue Tormenta de espadas, el tercer volumen de la saga Canción de Hielo y Fuego, de George R.R. Martin. Si lo habéis leído sabréis por qué: diría que hasta el momento es el que más dosis de cruda realidad contiene, y el que me ha dejado con el corazón más destrozado (me lo fue rompiendo en trocitos poco a poco). SPOILERS: No se trata solo de la Boda Roja o de las muertes de esos personajes tan queridos: para mí fue descorazonador leer el fracaso del Norte y de sus ansias de autogobierno. Y no hay nada que me duela tanto como ver a Sansa y Arya perder la poca inocencia que les quedaba y alejarse cada vez más de sus orígenes, o que me emocione más que el crecimiento tan brutal que experimenta Jon, conociendo el amor por primera vez y viéndose obligado a renunciar a él. Sí, este libro me ha dejado tocadísima; y reconozco que cuando leo las últimas palabras de Catelyn ("duele, duele mucho, Ned...") olvido que se trata de un simple libro y me duele un poquito el alma.
Un libro que te cabree:
Divergente, de Veronica Roth. Y no, no es el libro en sí lo que me da rabia; al fin y al cabo, es una trilogía escrita con el único propósito de vender, aprovechando el "quiero algo que sea como Los Juegos del Hambre". Cuando lo leí, no esperaba nada y nada es lo que me encontré: Divergente se ambienta en un mundo futurista burda y simplonamente dibujado, tiene como protagonista al personaje arquetípico de la "chica especial que lo cambiará todo" y posee una trama completamente vacía de contenido y trascendencia, todo aderezado con una sutil demonización de los débiles que resulta algo inquietante. Nada nuevo bajo el sol: es típico que ante un exitazo, salgan automáticamente cientos de libros que siguen su estela sin aportar nada nuevo. En literatura juvenil pasó con Harry Potter y las escuelas mágicas, con Crepúsculo y los amores sobrenaturales, y con Los Juegos del Hambre y las distopías. Pero aunque todas esas copias salían rentables, nunca llegaban a suponer fenómenos similares a los de sus predecesoras. Ahí está lo que me da rabia de Divergente: gusta de verdad a la adolescencia lectora. Ha llegado a tener un fandom potente y ya lleva dos adaptaciones cinematográficas exitosas. En este artículo del blog Devoradora de libros se habla de esto, de lo previsibles que son los nuevos éxitos literarios. A mí lo que me enfada es que los adolescentes seamos tan poco exigentes y nos traguemos cualquier cosa encumbrándola a nuevo fenómeno, aunque no tenga absolutamente nada que aportar.