miércoles, 25 de febrero de 2015

He vuelto.

Este blog no es diferente a la mayoría. Yo no soy diferente a la mayoría. 

Como le pasa a la mayoría de blogs, este fue abandonado por una inconstante redactora pocas semanas después de su creación. Saberse parte de un enorme grupo de procrastinadores (¡somos legión, chicxs!) consuela un poco, pero no te quita ese remordimiento que, por lo menos a mí, me recorre el estómago cada vez que a alguien se le ocurre recordarme uno de esos planes que hice y que al final se quedaron en aire. Por suerte o por desgracia, esta sensación se desvanece enseguida y no hace que me convierta en un miembro activo de la sociedad, de esos que trabajan duro, alcanzan sus sueños y etcétera etcétera. (La mejor prueba de que soy basura humana es que me he puesto a escribir esto justamente hoy, teniendo examen mañana. Que alguien me mate, porfa plz.)

Hace unos días me acordé de la existencia de este rincón y me apeteció retomarlo, sin más. No tengo ni idea del porqué. No es el sentimiento de culpa por haberme olvidado cruelmente de él. No es ese ingenuo "compartir mi pasión por la lectura jijijijajajá ^^" que escribió una niña de catorce años cuando creó el blog. Sé que todas estas palabras se perderán en el abismo cibernético. Después de todo, subir lo que escribes a la inmensidad de la red, con sus miles y miles de blogs literarios idénticos, puede ser exactamente igual que esconderlo en un cajón y dejar que coja polvo. Y tampoco es que tenga especial interés en que me lean. Quizá el motivo de la resurrección de este sitio sea, en realidad, el tener algo que me saque de la monotonía, aunque ese algo sea hablarle de literatura a Internet. Quizá sea que me resisto a ver como pierdo, poco a poco, la costumbre de escribir, junto con toda la imaginación que tenía de pequeña.

Da igual. El caso es que, después de más de un año y de haberme olvidado hasta de la contraseña, he abierto Blogger y me he puesto a escribir esta entrada. Puede que en unos meses me canse y esto vuelva a tener aspecto de pueblo fantasma, con arbusto rodante incluido. Quién sabe. Lo que importa es que ahora mismo tengo ganas de escribir. Sobre cualquier cosa; así que cualquier cosa es lo que se puede esperar quien encuentre esto. Nos leemos.